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Autor corporativo: 
Fuente: 
Revista de Responsabilidad Civil
Editor: 
Fecha: 
01/01/2010
Resumen: 
¡Y bien…! Así las cosas, creo que no se trata de hacer pólizas. O, mejor dicho, creo que no se trata solamente de hacer pólizas, sino de hacerlas, sobre todo, bien. A mí no me preocupa tanto el hecho de que se estén bajando indiscriminadamente las primas de los contratos que se emiten para asegurar los riesgos industriales, como que los aseguradores estemos perdiendo el control y cediendo e... ver más¡Y bien…! Así las cosas, creo que no se trata de hacer pólizas. O, mejor dicho, creo que no se trata solamente de hacer pólizas, sino de hacerlas, sobre todo, bien. A mí no me preocupa tanto el hecho de que se estén bajando indiscriminadamente las primas de los contratos que se emiten para asegurar los riesgos industriales, como que los aseguradores estemos perdiendo el control y cediendo en el correcto análisis de las exposiciones que se asumen con la cobertura de dichas actividades, lo cual sí resulta ciertamente preocupante, teniendo en cuenta la complejidad que, con carácter general, suelen tener. Las rebajas son admisibles. Lo que ya no resulta tan aceptable es la relajación en el ponderado análisis y correcta valoración de los peligros que se aceptan con la cobertura, aunque luego se sitúe el precio por debajo del nivel mínimo. El asegurador no puede ceder en profesionalidad, porque a partir de este momento pierde toda credibilidad. Es decir, la compañía de seguros vende confianza, seguridad, protección de futuro, estabilidad. Si renuncia a su estricto compromiso, el servicio se deshace desde mi punto de vista, como un terrón de azúcar en un vaso de agua. Los clientes quieren saberse respaldados por aseguradores especializados, que conozcan bien sus necesidades y sepan resolverlas de forma adecuada, anticipándose a los problemas, asesorándoles en caso de conflicto, involucrándose en la solución de sus posibles deficiencias y, sobre todo, afrontando sus siniestros, que deben tener bien definidos y ser capaces de tramitar con agilidad y eficacia. ¿De qué vale un seguro muy barato si luego resulta inadecuado o si el asegurador no afina, llegado el momento, en el cumplimiento de sus obligaciones? El sentido de cualquier garantía formalizada hoy es procurar una protección efectiva mañana, y personalmente pienso que ello no es posible si no se conoce suficientemente el riesgo. Así que frente a la recomendación que hace no mucho formulaba cierto personaje relevante de nuestro sector, estoy de acuerdo en que hay que seguir asumiendo riesgos y no debemos acobardarnos por el contexto de crisis pero, para ello, resulta imprescindible saber muy bien lo que se asume, es decir, conocerlos y valorarlos correctamente. Lo contrario es pura temeridad. ver menos
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Autor corporativo: 
Fuente: 
Revista de Responsabilidad Civil
Editor: 
Fecha: 
01/06/2009
Resumen: 
Seguimos bajando las primas y suscribiendo sin información mínima sobre los riesgos, como si la crisis imperante en la economía internacional nada tuviese que ver con nosotros. Algunos de los operadores internacionales del sector, de origen curiosamente norteamericano, ya han empezado a recortar sus plantillas y a reducir sus costes fijos, preparándose para tiempos que se espera serán bastante dur... ver másSeguimos bajando las primas y suscribiendo sin información mínima sobre los riesgos, como si la crisis imperante en la economía internacional nada tuviese que ver con nosotros. Algunos de los operadores internacionales del sector, de origen curiosamente norteamericano, ya han empezado a recortar sus plantillas y a reducir sus costes fijos, preparándose para tiempos que se espera serán bastante duros, y ello a pesar de que en las últimas cifras de resultados que han hecho públicas refieren importantes beneficios, así como volúmenes de crecimiento notables. Pero la mayor parte de las empresas nacionales siguen sin darse por enteradas. Nos llegan noticias, también, de que algunos grupos multinacionales están introduciendo límites y restricciones en la suscripción, para intentar evitar que las medidas correctivas tengan que ser más drásticas en el futuro. Desde luego, ser los primeros en desmarcarse de la tendencia general suele ser bastante contraproducente en seguros, aunque cuando la tendencia es tan desesperada y el futuro se augura tan negro no creo que resulte tan anticomercial el hecho de salirse de una inercia general que conduce al rebaño hacia el precipicio. Comienzan a oírse las primeras voces que sitúan el beneficio por delante del crecimiento: ya no se quiere, como antes, crecer a cualquier precio, e incluso se aceptan reducciones en la cifra de objetivos a cambio de una estabilización en el porcentaje de ganancias. Por encima de la caída en precios, que han empezado a girar en barrena, se aprecian los primeros signos de recuperación, los cuales nos llenan de esperanzas a muchos, a todos los que operamos muy a disgusto en el contexto actual. Esperemos que los paliativos lleguen a tiempo y nos liberen de una traumática enfermedad. Pese a todo, nos tememos que seguiremos golpeándonos contra la bombilla hasta que se nos quemen las alas por completo. Luego nos lamentaremos. Muchos serán los que caigan, aunque entonces sólo podrá decirse, tal y como Tito Livio dejó escrito en boca del insigne caudillo galo, para acrecentar la humillación de los romanos y que, por ello, resulta intolerable desde entonces para éstos: “Vae victis” (¡Ay de los vencidos!). ver menos
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