El autor aborda la figura del nuevo perfil de defraudador al seguro ante la profunda crisis en la que nos encontramos. Asimismo, considera que en la permanente lucha contra el fraude se debe emprender un nuevo reto que se centre en la prevención de los casos, más que en la contundencia ante el defraudador, empezando por demostrar al que lo comete y a la sociedad el riesgo que asume.