Corren tiempos de abundancia. Son días de exceso de capacidad. Pensamos que todo está permitido… Y sin embargo, ya debiera habernos prevenido contra un comportamiento tan prepotente el enorme batacazo al que ha llevado a los mercados financieros internacionales la actitud prepotente de los torpes tecnócratas de laboratorio (tiburones de película, con trajes entallados, cuerpos de gimnasio y cabezas de chorlito). Cuando de dinero se trata, el exceso de riesgo siempre pasa factura, una factura que luego cuesta tanto pagar. Por eso, y al contrario de lo que muchos parecen pensar, yo abogo, incluso en tiempos de vino y rosas (es más, sobre todo en tiempos de vino y rosas) por una cuidadosa suscripción. Es al cometer una locura cuando mejor tiene que saberse dónde están los límites, pues en el mismo momento en que se afrontan los riesgos crecen los peligros contra los que debemos prepararnos y para los que hay que estar adecuadamente prevenidos. Este artículo aborda los puntos que según el autor resultan fundamentales para el suscriptor de riesgos de Responsabilidad Civil en un contexto agresivo.
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