Tras la catástrofe de Aznalcóllar la empresa propietaria de la mina, Boliden Apirsa, asumía la responsabilidad y contrataba los servicios de Crawford THG para valorar la cuantía de los daños. La empresa adelantó el importe de las cosechas de 1998 a los agricultores afectados para lo que tuvo que valorar 6.000 hectáreas de terreno en 30 días. Estas indemnizaciones supusieron casi 1400 millones de pesetas. Se incluyen cuadros del coste de los daños por el siniestro y de las reclamaciones por otras pérdidas