El nobel Gary S. Becker se muestra crítico con la protección social. Becker entiende que, al hablar de sanidad pública, debería haber una protección social especial para los pobres, o para casos de epidemias o enfermedades graves, pero que los demás deberían tener seguros privados, y recuerda que todo lo público se paga con impuestos, ya que el Estado no genera sus propios recursos.