En Gran Bretaña los consumidores cuentan para su defensa en cualquier campo con la figura del "Ombudsman", que ofrece sus servicios de forma gratuita. En el sector asegurador británico, la supervisión del Ombudsman es opcional, pero las compañías que la acepten deben acatar las decisiones. Éstas pueden acarrear indemnizaciones de hasta 100.000 libras o de 20.000 anuales cuando el litigio afecta a coberturas sanitarias permanentes.