El autor apoya las sentencias que penalizan la inexactitud o imprevisibilidad por parte de los médicos al tratar la lesión de un paciente. En este tipo de sentencias se ubica la del Tribunal Supremo que condenó al Hospital Doce de Octubre a indemnizar con 10 millones de pesetas a un paciente que sufrió la amputación de una pierna a causa de la falta de atención y de previsión de complicaciones del médico que le trató en urgencias.