La reforma del IRPF supone un importante cambio en la tributación de los seguros. Algunas de las novedades más importantes que plantea son que todos los seguros tributarán como rendimientos de capital, las prestaciones por invalidez tributarán el 50% y las derivadas de seguros a largo plazo el 40%, las aportaciones a seguros de vida pierden la actual deducción del 10% en la cuota del impuesto. Los planes de pensiones mantienen el tratamiento fiscal vigente.