El autor augura un ejercicio 2013 de resultados flojos para el sector bancario nacional, con escasa actividad crediticia y provisiones elevadas. Sin embargo, pese a las malas perspectivas en cifras, no espera que la banca necesite más ayudas públicas para sostener el balance, aunque todo dependerá de cómo evolucionen los aspectos macroeconómicos. En consecuencia, cree que no es el momento para invertir en el sector bancario español, dado el elevado riesgo que conlleva. Defiende estrategias de inversión de corte defensivo en el corto plazo.