Informaciones aparecidas en la prensa estadounidense apuntan que se han detectado nuevas anomalías en la contabilidad de AIG por importe de 1.000 millones de dólares (711 millones de euros). El fiscal general del Estado de Nueva York, Eliot Spitzer, y el superintendente de Seguros de Nueva York, Howard Mills, anuncian que se auditarán las cuentas de los últimos años del grupo, alegando que primas de compensación de trabajadores fueron indebidamente registradas. Ambos Departamentos acusan a AIG de evitar el verdadero pago de su cuota a varios fondos de compensación para trabajadores al registrar los ingresos de la citadas primas no como lo que eran, sino como primas para cobertura de responsabilidad general.