El autor, aprovechando el décimo aniversario de los Premios Solidarios del Seguro, alaba esta iniciativa de las empresas aseguradoras, entendiendo que la responsabilidad social corporativa bien entendida no sólo puede entenderse desde las grandes cifras, sino que, al contrario, las pequeñas cosas y los pequeños o grandes proyectos también ayudan. Considera que todas estas actuaciones comparten un objetivo y es el de mejorar las condiciones de vida de muchos niños y de sus familias, como base para el desarrollo futuro.