Según el último dictamen realizado por el Grupo Europeo de Etica de las Ciencias y las Nuevas Tecnologías, los empresarios y las aseguradoras no deben tener acceso directo a los datos sanitarios personalizados. Sin embargo, el hecho de que no exista un sistema informático seguro hace posible el uso de estos datos por las entidades [incluye un cuadro con los principios que entran en conflicto].