El desastre de las minas de Aznalcóllar ha dejado, 12 meses después de producirse, 3.060 hectáreas del parque natural de Doñana contaminadas por una gran concentración de arsénico y más de 19.900 aves acuáticas envenenadas, que junto a la falta de precedentes se ha convertido en el principal problema. Ahora, la Junta de Andalucía quiere convertir el desastre en un corredor forestal, pero ya han comenzado los problemas: los propietarios de unas mil hectáreas de ese pasillo se niegan a vender.