En este documento se presenta un análisis cuantitativo del funcionamiento del sistema de pensiones en España, y se muestra que el descenso de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y el aumento del poder adquisitivo de las pensiones acumulado especialmente en los últimos años, hacían necesaria a corto plazo una reforma. Incluso aunque la crisis económica actual no hubiese sucedido, la demografía de la sociedad española nos abocaba a la necesidad de una transformación del sistema, y el impacto de la crisis ha sido simplemente adelantar mínimamente la urgencia de la reforma. La realidad es que, aunque no hubiera habido crisis, apenas habríamos ganado un año, antes de que el sistema hubiera dejado de autosostenerse financieramente en 2025.