La revisión de los parámetros internacionales y nacionales permiten aventurar que la Economía registrará en 1996 un crecimiento moderado, aunque para el caso español podría verse muy afectado por la inestabilidad de los mercados financieros y los desequilibrios internos. Tales desequilibrios parten de hechos tales como que el consumo privado no despega, el déficit público es elevado, los salarios bajos y la precariedad en el empleo.