Una sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona condena a 18 meses de prisión con inhabilitación profesional por 3 años y medio a la anestesista acusada de homicilio por imprudencia profesional grave en el caso de una paciente que sufrió una braquicardia que le causó lesiones cerebrales irreversibles y un coma neurológico desencadenante del posterior fallecimiento tras ser operada y estar bajo observación de la acusada que no supo reestablecer el suministro de oxígeno a la paciente.