El artículo subraya que la Reserva Federal continúa respaldando el crecimiento de la economía estadounidense, al introducir fuertes sumas de liquidez en el sistema mediante la compra de activos, con el objetivo de reducir el coste de financiación de empresas y familias y que el consumo privado y la inversión retomen la senda alcista. Aunque a mitad de año la autoridad monetaria creía que la actividad estadounidense había alcanzado un dinamismo como para promover la retirada paulatina de estos estímulos, por el momento se han mantenido. El autor considera que la próxima reunión de la Fed, a finales de octubre, puede suponer retomar la idea de cambiar de estrategia, decisión de la que puede depender buena parte de la evolución de los mercados, no solo estadounidenses sino del resto del mundo, en lo que queda de año y gran parte del siguiente. Con todo, y al producirse una serie de factores en las últimas fechas que han afectado a la hoja de ruta de la autoridad (crisis fiscal, cierre parcial de la Administración Pública norteamericana, falta de acuerdo para incrementar el techo de deuda estadounidense con la consiguiente amenaza de suspensión de pagos), el autor vaticina que la probabilidad de una variación en la estrategia de la Reserva Federal es prácticamente nula y muy baja para la reunión de finales de octubre y la de diciembre.