El autor se pregunta el por qué (las causas/factores) para que el porcentaje de fraude al sector asegurador en España se dispare en comparación con el que tienen otros países de nuestro entorno europeo. Junto a la repercusión de la crisis que vivimos, el autor destaca que en España defraudar o abusar en los siniestros no se asimila como una ilegalidad, sino como un simple retorno del dinero que se paga a las aseguradoras (problema de concienciación). También considera que las compañías de seguros tienen la obligación de luchar contra el fraude para velar por los derechos de los clientes. En definitiva, cree que la lucha contra el fraude es un esfuerzo común, tanto para las aseguradoras como para los asegurados. En el caso de las compañías de seguros, este esfuerzo se debe centrar en aumentar el nivel de detección de fraude; por su parte, los asegurados deberían concienciarse del problema.