El autor analiza la puesta en marcha, por parte de la autoridad monetaria estadounidense (Fed) y por el BCE, de agresivos planes de compra de activos o de programas destinados a aliviar las tensiones en los mercados y relajar los tipos de interés. El resultado de esto ha sido una clara caída de los tipos de interés en Europa. Como consecuencia de ello, se ha observado a lo largo de los últimos años una clara correlación entre la evolución del tipo de interés a 10 años estadounidense y del alemán. Sin embargo, en las últimas fechas esa relación se ha roto, produciéndose una divergencia en el comportamiento de los tipos de interés alemán y estadounidense. De resultas de todo ello, el autor expone cuál debe ser la estrategia de inversión resultante de ello: reducir la exposición a deuda americana en favor de la europea.