La regulación de la Autoridad Británica de Servicios Financieros (FSA) ha aumentado la presión administrativa sobre la industria. Confiar sus tareas secundarias a gestores externos puede ayudar a los corredores a concentrarse en su negocio cotidiano. Pero, ¿dichos gestores realmente procurarán valor añadido al cliente y sostendrán la marca y la ética del corredor? El autor recoge las posibles respuestas a esta pregunta.