Algunos de los grandes siniestros que ocurrieron en 2011 a nivel mundial sacaron a la palestra deficiencias que el seguro debe corregir en sus pólizas y condicionados para evitar posteriores conflictos. Este informe extrae las lecciones que el seguro debe aprender de estas experiencias prácticas. Del terremoto de Christchurch, en Nueva Zelanda, las aseguradoras deben aprender a limitar en las pólizas los daños de interrupción del negocio causados por la denegación de acceso por parte de las autoridades a la zona afectada, así como deben revisar la cláusula de las 72 horas por la cual todos los daños que se generen en las 72 horas posteriores al evento se consideran como pertenecientes al mismo evento. De los disturbios de Londres y Egipto deben aprender a definir mejor en las pólizas la diferencia entre huelga, manifestación, disturbio o terrorismo; de las inundaciones de Australia, la distinción clara entre tormenta e inundación; del terremoto y posterior tsunami de Japón, la importancia de establecer bien los daños de interrupción del negocio por fallo en la cadena de suministro.