El autor se fija en el comportamiento del precio del oro que ha sido protagonista en las últimas semanas tras sufrir una fuerte corrección y las razones que se han esgrimido para justificar este comportamiento (miedo a una desaceleración brusca en la economía china y los temores a una venta masiva del metal precioso por parte de los países en dificultades). Considera que ninguno de estos dos argumentos entraña un riesgo real para la cotización del oro ni para desestabilizar el mercado mundial de este metal. El autor considera que tras esta corrección, una vez recuperada la tranquilidad, la burbuja del oro se seguirá alimentando normalmente. Entiende que son muchos los factores que apoyan a que su precio continúe subiendo, y que es inevitable pensar que su escalada continuará de momento.