Los grandes movimientos europeos de fusiones y compras de seguros ya han empezado a tener su efecto en España. El resultado positivo es ganar en tamaño para competir, y el negativo es el coste social. Los sindicatos estiman que en los próximos años la reestructuración en el seguro español prescindirá de unos 6.000 empleados, aunque en diez años el número de trabajadores podría duplicarse por el potencial de crecimiento del sector, pero con precariedad.