La profesión de perito judicial es una de las más delicadas y de una gran responsabilidad moral. La experiencia del pasado nos ha enseñado que más de una vez se han designado peritos que no cumplían los requisitos necesarios para la búsqueda de una solución equitativa a los litigios que se les encargaban. La cuestión que se plantea es la siguiente: cómo mejorar la cualificación de aquellos que constituyen un eslabón importante en la solución tanto amistosa como judicial de los litigios. Este artículo tiene por objeto el análisis de la situación actual, el examen de las cualidades requeridas para trabajar como perito y, finalmente, una propuesta en cuanto a la manera en la que puede mejorarse y supervisarse la calidad.