El informe analiza cómo las variaciones en la esperanza de vida afectan a los sistemas de pensiones en los distintos países. 13, de los 30 analizados han ligado sus prestaciones por pensiones a la esperanza de vida de forma más o menos automática (se estudian las medidas adoptadas al respecto). El estudio intenta ver cuál de los 17 países restantes podría adoptar también este cambio y qué lecciones podría extraer de las naciones que ya lo han acometido.