Amaya parece haber salido de su crisis tras iniciar el plan de rehabilitación a condición del cual la DGS levantó su expediente de control sobre la aseguradora. El plan de rehabilitación afectará a la actividad de Amaya, que sólo operará en el ramo de vida y el de Caución, y a su plantilla, que se ha reducido de 224 a 48 trabajadores. Este proceso ha provocado unas pérdidas de 3.800 millones a la aseguradora en 1997, que serán compensadas por una inyección de capital del grupo suizo Berner que cuenta con el 99% de Amaya. La aseguradora española llevará a cabo una operación acordeón que situará el capital social de la entidad en 3.000 millones de pesetas. Amaya prevé alcanzar en 1998 un volumen de primas de 2.500 millones de pesetas.