El fraude sigue siendo uno de los principales lastres del seguro, ya que supone dejar de ingresar unos 100.000 millones de pesetas, un 3% del total del negocio asegurador. Para las aseguradoras resulta rentable destinar recursos para detectar engaños, ya que por cada dos pesetas invertidas se evitan 89 pesetas de fraude, según Icea. Los seguros de automóviles acaparan el 94,76% del fraude en seguros, que se espera sea reducido por la puesta en marcha del FIVA destinado principalmente a detectar a los vehículos sin seguro, que en España se calcula que son 1,5 millones.