La CLEA cuenta con el marco legal adecuado y medios necesarios para cumplir con su función liquidadora, cuyos procesos se estructuran en tres fases: 1. Cierre de sucursales, resolución de los contratos de trabajo y reconstrucción contable; 2. Adquisición por cesión de los créditos correspondientes a los acreedores por contratos de seguros y realización de los activos; 3. Celebración de la pertinente junta de acreedores para la aprobación del plan de liquidación, publicación del balance final, extinción y baja en los registros oficiales.