Las entidades aseguradoras buscan en la medicina el apoyo necesario para que aquellos que desconozcan aspectos médicos, tengan elementos de juicio suficientes para poder tomar decisiones al respecto. En este sentido la labor de los médicos es la de asesorar a los que con un criterio más objetivo deban tomar decisiones. Es por ello por lo que los médicos solo deben ejercer su autoridad médica y no el poder, es decir deben realizar aquellas funciones que le vienen dadas por su profesión, no otras que no son de su ámbito profesional. Su tarea se debe centrar en la aportación de ideas al mundo asegurador para mejorar la gestión de este en el sector de seguros. Para esto deben tener una formación específica. Este proceso de formación de los llamados médicos-asesores se ha realizado en el ámbito del seguro de responsabilidad civil del automóvil.> El resultado del binomio médico y asesor de seguros es un profesional cuyas funciones son la de informar de las lesiones de los accidentados sobre los que la entidad demandante de servicio tenga que responder económicamente; formar un equipo con el correspondiente tramitador y el abogado para solucionar las dudas que se planteen; valoración de las secuelas previsibles y definitivas; evaluación de los días de incapacidad previsibles y definitivas, y también valorar y controlar la correcta asistencia al lesionado, y por último, proporcionar un médico para que emita un dictamen pericial y la ratificación del juicio en los casos que se precise.