Artículo en el que el autor efectúa una recapitulación de los factores que cimentaban la economía española y cómo la crisis los ha transformado en un lastre. Se subraya especialmente cómo la desaparición del crédito bancario ha supuesto un parón forzoso en la economía y cómo las medidas de austeridad puestas en marcha por el Gobierno, sin el complemento de otras para fomentar el crecimiento, no hacen vislumbrar una rápida recuperación de la demanda interna, atenazada por un paro creciente que no fomenta el consumo, lo que orienta a las empresas hacia el exterior. El articulista considera que el empresario español, habitualmente emprendedor, tiene ante sí dos grandes retos que deben llevarlo a usar su carácter conquistador y acometer el descubrimiento de nuevos mercados en los que desarrollar su actividad y de nuevos canales para acceder al crédito. Considera que el proceso de internacionalización debe plantearse como una vía para eliminar trabas al crecimiento local, consolidar las políticas de crecimiento y diversificar el riesgo inherente a la obtención de los ingresos en un solo país. También considera que la búsqueda de nuevos canales de financiación, una vez agotados los tradicionales, supone un nuevo reto para el área financiera de las empresas, que deben plantearse nuevas alternativas.