El autor analiza las ideas más destacadas que se pueden obtener de la comparecencia de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ante el Congreso y ante el Comité Bancario del Senado, a mediados de julio. Entre otras, destaca la voluntad de la autoridad monetaria de seguir adelante con la estrategia marcada, pese a que el dinamismo de la economía estadounidense es débil; también destaca que la reducción de los estímulos monetarios no significa que los mismos vayan a desaparecer por completo en un horizonte de tiempo prudente (seguirán estando presentes durante 2013 y 2014). Y la más importante de las ideas expuestas, según el autor, es que la reducción de la compra de activos (QE3) no significa que el objetivo del Banco Central pase por un excesivo endurecimiento de las condiciones financieras actuales, que seguirán siendo laxas en los próximos años. En definitiva, considera que si la Reserva Federal logra convencer a los mercados de que cualquier acción de venta de activos acumulados está erradicada de su plan de acción, el repunte de las rentabilidades de la deuda pública estadounidense debería ser contenido. Supone un alivio para las carteras cargadas de deuda pública estadounidense, y reduce los riesgos a la baja para la economía.